24 de agosto de 2011

Ö

De un vaquero a su princesa.

Déjame que te cuente un cuento, traído desde el infinito. Donde el espacio es lo de menos, donde el amor no se cuenta con los dedos.
En el cual un vaquero desviado a la mala vida, enamorado de una de las más dulces princesas encendidas.
Por una luz que ilumina hasta el lado más salvaje de los corazones;

-Con ella, me enfrenté contra todos los males, desafié al destino de frente, logré rehacer mi vida bellamente. Yo cual mas feroz soy el peor de los animales, solo le temo a ella.

-¿Cúal es el poder de esta sútil doncella?

-Su fragancia se coló en mi corazón,la cual no me quiero quitar, como a un niño me enseño a andar, me enseño a reir, a llorar, a ver las cosas realmente desde dentro. Como los amores de princesas en los cuentos, en el que no existe punto final. Me enseñó lo que realmente es el calor humano, lo que es pasear por Madrid agarrados de la mano. Me enseño mil maneras de besar, y nunca olvidaría ninguna de ellas, sobre todo la de amar.
Yo ya no soy un forajido, dejé esa vida atrás, esperar una familia con ella es lo que quiero, desde la terraza las estrellas contemplar. Si alguna vez tuve errores, que no son pocos, he de decir perdón. No solo basta eso, pero también se me rompe el corazón.

Guardemos la guerra para cualquier charlatán, ¡Que nuestro amor no se apaga ni aunque nos aguen este volcán!